Música andina: generalidades y características

Esta entrada pretende dar a conocer una serie de aspectos generales que caracterizan a la llamada música andina, y que espero que sean útiles y de interés para todos aquellos que aún no conocen o bien acaban de descubrir esta manifestación artística.

En primer lugar, quisiera explicar cómo un servidor, que vive en España a miles de kilómetros de donde de gesta y se crea el folklore latinoamericano, descubrió este tipo de música. Cuando tenía unos 16 años pasé unos días en Madrid, y en ese tiempo tuve la oportunidad de escuchar la actuación de unos músicos callejeros. En principio no les presté mucha atención, pero mis padres les compraron un cassette que escuchamos en el coche de vuelta a casa.
Fue entonces cuando realmente me impresionó ese sonido totalmente fresco, diferente, lejano pero al mismo tiempo cercano, una nueva y para mi revolucionaria forma de expresión musical que me dejó atónito, y que me empujó desde entonces a buscar y escuchar este tipo de música.
El cassette que compraron mis padres se titulaba Bolivia, y el nombre del grupo era Kjallpac, nombre éste del que no hay ni rastro en todo internet. No obstante y a base de bucear en los blogs y foros de la red, descubrí que ese cassette contenía en realidad las canciones del álbum Yamor del grupo Wankara, que para colmo no es boliviano sino chileno.


Ya en Bilbao, mi ciudad, seguí ahondando en mi nueva afición musical gracias de nuevo a las actuaciones en plena calle de bandas no profesionales que venían a tocar especialmente en la Semana Grande de fiestas, conocidas como la Aste Nagusia. En estas actuaciones me empapé aún más del folklore andino y tuve la ocasión de comprar más música para mi colección, haciéndome con cassettes de grupos totalmente desconocidos como Wayra (nada que ver con otros conjuntos homónimos y que tocaban básicamente a K'ala Marka), Llagta'em (un conjunto al parecer ecuatoriano que tenía la virtud de tocar composiciones propias, algunas de ellas ciertamente buenas), Alturas (no era el grupo de los hermanos García Cossío), Mark'aru, Runa Marka y Canto Bravo (de éste último si que he encontrado alguna reseña). La mayoría de estos artistas "de la calle" grababan con un sello discográfico llamado Lady Alicia Records, con sede en Madrid.


Pero finalmente llegó Internet, y a base de experimentar las posibilidades que me posibilitaba la red, descubrí la web llajta.org a finales de los 90, y en ella pude descubrir al fin los llamados grupos andinos profesionales. Fue para mi una revolución descubrir las obras originales que los grupos no profesionales versionaban en sus actuaciones, y así mi repertorio andino creció exponencialmente gracias a esta web boliviana que recomiendo encarecidamente, fue aquí donde descubrí a grupos como Los Kjarkas, Savia Andina, K'ala Marka, Sukay, Ernesto Cavour y tantos otros.
Ya en el presente siglo, supongo que fue en torno al año 2005, descubrí el que creo fue el primer blog dedicado a la música andina solomusicaandina.blogspot.com donde disfruté compartiendo mi música y completando mi colección de discos que finalmente en noviembre de 2011 me decidí a comentarlos en mi propio blog personal con el que realmente estoy muy contento por la recepción que ha tenido.
Muchas gracias a todos.




Generalidades de la música andina


Antes de describir las características de la música andina hay que subrayar que el concepto es muy amplio y a veces hasta difuso. Consideraríamos que la música andina es aquella que se toca en la región de Los Andes en América del Sur, con una gama de estilos muy amplia que sin embargo mantiene algunos aspectos en común.

Instrumentación

A pesar de la gran variedad de estilos y formas de interpretar, hay algo que casi nunca falta en este tipo de canciones: su clásica instrumentación que consiste básicamente en quena, siku, charango, guitarra y percusión, aunque los artistas modernos y visionarios de hoy día también añaden otros instrumentos ya puramente europeos como la guitarra eléctrica, el bajo, la batería, el violín etc.


Ciñéndonos exclusivamente a los intrumentos básicos, todos ellos son absolutamente artesanales y fabricados en principio con materiales naturales como madera, caparazones de animales, semillas, e incluso hueso y pieles. Este hecho hace que los sonidos andinos nos recuerden mucho a la Naturaleza en su aspecto más puro y simple, en efecto cuando oímos una canción andina siempre hay algo que nos hace recordar la Naturaleza en mayor o en menor grado, incluso la canción más extravagante tocada con estos instrumentos no puede evitar que sintamos sensaciones como altas montañas, verdes prados, indios viviendo en sus cabañas etc.
Personalmente a mi lo que más me impresiona de la música andina es cómo un puñado de simples instrumentos artesanales y sencillos, bien tocados de forma armoniosa, pueden dar lugar a tal variedad de sonidos maravillosos.

Los ritmos

Otro aspecto que caracteriza a la música andina, y que a la vez la hace más difusa a la hora de definirla, es su enorme variedad de ritmos musicales que abarca, y que en una ocasión intenté recopilarlos todos ellos en una entrada de este blog.
En efecto, si comprobamos esa lista vemos que es muy larga, y además está incompleta, y no solo eso, sino que además hay muchos ritmos que presentan notables diferencias dependiendo en qué lugar se toque, por lo que la lista real sería prácticamente interminable.
Al igual que los instrumentos, los ritmos andinos también han sido objeto de alteraciones y fusiones con otros traidos del viejo continente, algunos ritmos  incluso se han traído de Europa y se les ha dado un carácter particular en la zona andina, en un ejercicio claro de mestizaje.

La temática andina

Además de los ritmos e instrumentos andinos clásicos, muchas canciones también se cantan, hablando sus letras de diferentes temas.
En principio los temas tratados en la música andina clásica consisten básicamente en cantos a los elementos naturales como ríos o montañas, deidades precolombinas y actividades cotidianas y sociales de los indios que aún hoy llevan un modo de vida como hacía 1000 años, especialmente aquellas relacionadas con la actividad agrícola.
Sin embargo eso no quiere decir que la música andina se haya estancado en la Edad Media, el folklore obviamente no ha podido permanecer ajeno a los grandes cambios que supuso, primero la colonización europea, y después la revolución cultural del siglo XX. De esta manera la temática andina se ha diversificado enormemente aunque muchos grupos mantienen aún esos temas primigenios, así los cantos románticos hoy por hoy son con diferencia los más habituales, gracias sin duda a que también son más comerciales. Los compositores también han escrito obras ensalzando las fiestas populares, especialmente el carnaval, así como cantos en honor a los diferentes pueblos y ciudades, así como a las diferentes patrias.
Y también hay que destacar que las dictaduras militares que han padecido casi todos los países sudamericanos en el siglo XX han provocado el nacimiento de toda una corriente musical de la que la música andina se ha servido ampliamente: la Nueva Canción Latinoamericana, cuyos autores y poetas cantaban por la justicia social y contra los abusos de poder de los dictadores como Pinochet, Videla, Báncer o Fujimori.












Evolución histórica

El origen de la música andina se pierde en la oscuridad de los tiempos, podríamos decir que nació por primera vez cuando un homínido cogió un palo de caña y sopló sobre él para hacelo sonar, o bien cuando alguien descubrió que golpear una piel de animal extendida sobre un hueco o caja de resonancia producía un sonido particular.
El hombre primitivo de los Andes adquirió un gran conocimiento del mundo natural que le rodeaba y su religión giraba en torno a esa Naturaleza, así que cuando oyeron esos sonidos, los hombres pensarían que se trataba de un don de los dioses para los hombres. Y fue así como los antiguos amerindios del Sur dedicaron sus primeros sonidos ancestrales para honrar a los dioses, cantándoles rogativas para ganar prosperidad. Aún hoy grupos como Ruphay y Aymara entre otros, recogen en sus discos este tipo de cantos e interpretaciones ancestrales consistentes tan solo en instrumentos de viento y percusión que en la edad antigua llegaron incluso a especializarse para distintas ocasiones, así se tocaban canciones para pedir a los dioses buenas cosechas, para protegerse de malos espíritus, y especialmente fructificaron temas musicales arcáicos que anunciaban trabajos agrícolas como la siembra o la recogida de cosechas.


De esta forma, los antiguos habitantes andinos poco a poco sentaron las bases rítmicas musicales que caracterizarían más adelante el folklore de los Andes.
Con la llegada de los europeos a América del Sur se produce un cambio trascendental en la música andina: la introducción de los instrumentos de cuerda. Los europeos llevaron la guitarra a Sudamérica y ésta fue adoptada por los indios, que reconocieron en este instrumento las enormes posibilidades que ofrecía para elaborar aún más sus canciones y sobre todo para definir mucho mejor los esquemas rítmicos. Pero los sudamericanos le darían a la guitarra su estilo personal y un sonido muy particular, empleando unas cuerdas mucho más cortas y un caparazón de armadillo como caja de resonancia: había nacido el charango.

Los europeos trajeron nuevos conceptos y nuevos instrumentos, pero en Sudamérica todos estos elementos evolucionarían de forma particular dando lugar a la gran variedad de estilos artísticos que hoy conocemos y que en su mayoría son fruto del mestizaje. Quizá el ejemplo más esclarecedor y sorprendente de ese mestizaje sea la saya, un ritmo muy peculiar que curiosamente tiene raíces africanas, pues fue introducido en América por los esclavos africanos que los europeos enviaban a trabajar en el duro campo y que enseguida se mezcló con el estilo e instrumentos andinos, hoy por hoy la saya es uno de los ritmos andinos más recurrentes.
El siglo XIX trajo la independencia de los países sudamericanos actuales, así cada país desarrolló su folklore a su manera diversificando aún más la música andina, aunque manteniendo siempre sus esencias en mayor o menor medida. En esta época la introducción del Cristianismo en América fue otro hecho determinante en la música andina, apareciendo en sus composiciones nuevos cantos de alabanza a la nueva religión, nacería así la llamada música andina cristiana, con La misa criolla de A. Ramírez y F. Luna como obra más universal.
Ya en el siglo XX, especialmente en sus segunda mitad, surgen los primeros grupos folklóricos dedicados a interpretar y difundir esa gran riqueza artística surgida a raíz de un mestizaje cultural. No obstante la sociedad del siglo pasado había cambiado enormemente respecto a las anteriores, la mayoría de la gente abandonaba el campo y emigraba a la gran ciudad en busca de las mayores y mejores oportunidades que a priori ésta ofrecía. Durante la primera mitad del siglo XX la música folklórica era percibida como algo retrógrado y propio del oscuro pasado al que nadie quería volver estando bien acomodado en la ciudad, a las personas que tocaban esta música se las miraba como si fueran individuos inadaptados, anclados enel pasado, y además con escasos recursos económicos. El director de Los Kjarkas, G. Hermosa, contó en una entrevista que cuando ellos empezaron a tocar se consideraba al músico como la última de las profesiones, y que ningún padre quería casar a su hija con un músico.

Exportación a Europa y consolidación


Pero a mediados del siglo XX se producen dos hechos muy relevantes. En primer lugar el nacimiento de la Nueva Canción provocada por la injusticia social derivada de las dictaduras imperantes de entonces y que consigue remover conciencias a base de conjugar un mensaje de denuncia social con el folklore andino como base artística, eso si, con las peculiaridades introducidas por grupos básicamente chilenos como Inti-Illimani o Quilapayún. Y por otro lado, un puñado de artistas decidieron emigrar a Europa, especialmente a Francia, para exportar su música folklórica al viejo continente que buscaba nuevos sonidos en un ambiente cada vez más cosmopolita, a la vanguardia de este movimiento debemos citar a Los Incas y Los Calchakis.
Todo esto da a la música andina su definitivo despegue hacia la fama y el reconocimiento que hoy día goza, y así se fuerno creando en esta época un sinfín de grupos folklóricos, a los que dedico mayormente mis entradas de blog.




Nuevos sonidos para el mundo

Hoy día la música andina sigue evolucionando e investigando nuevas formas de expresión artística, la globalidad que vivimos hoy día hace que el mundo sea ya pequeño y que las cosas se mezclen unas con otras. Así la música andina no solo se ve influenciada por la cultura global, sino que ella también influye en ella aportando sus maravillosos sonidos.
Una de las fusiones más recurrentes y que mejor ha funcionado en la música de los Andes ha sido su síntesis con el New Age, siendo la banda alemana Cusco y su trilogía de Apurímac su mejor ejemplo, sin olvidar no obstante al prolífico grupo Nazca e incluso Altiplano de la mano de su creador M. Vicencio.
Otra fusión importante corresponde a la música andina con el rock, para la que han surgido excelentes grupos especializados en esto: Wara y Los Jaivas son quizás los mejores ejemplos.
Y para terminar hay que señalar que la música andina ha llegado a trascender en tal medida que incluso en países lejanos a Los Andes se han creado grupos andinos por sorprendente que parezca. El caso más representativo quizá sea el de Los Chacos, formados íntegramente por músicos franceses en los años 60. Pero también encontramos otros ejemplos como el de Sukay, creado en EE.UU, Tunari de Australia, incluso quien fuera compañero de Violeta Parra e integrara Los Jairas de Bolivia, el antropólogo G. Favré, que emigró desde Suiza para conocer el continente sudamericano.

Traducir

Buscar en este blog