Sin duda una de las obras más recurrentes dentro del folklore andino es El sikuri, una vieja melodía anónima dedicada a la típica danza del altiplano, donde los bailarines siguen los compases que marcan los ejecutores de sikus o zampoñas, llamados también sikuris.
Se trata de una música que se interpreta en la época de Awtipacha (tiempo seco) de cada año, siendo su fecha límite el 8 de diciembre, en la fiesta de la Virgen de Concepción - Escara, Corque y otros.
La danza de los Suri Sikuris es
originaria de las comunidades andinas de los Mollos, Aymaras y Lipis,
en el departamento de La Paz y se interpretaba en las provincias
Camacho, Ingavi y Pacajes en bodas o en la
construcción de una casa. Sus raíces se adentran en el tiempo, pero
puede asegurarse que es una reminiscencia o representación de la
cacería del suri o ñandú andino, que era acorralado primero con
el sonido de los sikus y derribado luego con la ayuda de los liwi
liwis o boleadoras.
A esta reminiscencia se suma el origen
totémico del ñandú, cuyo movimiento es representado en la danza.
También se reproduce estéticamente la imagen del animal, pues los
bailarines llevan tocados que a veces exceden los 2 m de
diámetro, hechos con plumas de ñandú. Los bailarines llevan
también como parte del atuendo una coraza de cuero de jaguar,
pantalón de bayeta y pollerines plisados en color blanco.
El colorido de sus atuendos era muy simple: color blanco, negro o gris; los aymaras imitaron con
profunda ironía el vestir de dichos colores chillones, adornados de
pedrería, espejuelos, encajes y blondas; esta imitación dio lugar a
la creación de la vestimenta de los sikuris.
Partitura y acordes
Ficha artística
Compositor: Anónimo
Primera grabación: Flutes, harpes et guitares indiennes, de Los Calchakis (1969) bajo el título de Antara.
Ritmo: Tonada - Huayño