Mitología andina



A lo largo de la historia del folklore andino, se han compuesto y cantado numerosas obras musicales dirigidas a los dioses y otras divinidades establecidas ya en América del Sur mucho antes de la colonización europea a partir del siglo XIV. Cuando los conquistadores europeos llegaron a América, trataron entre otras cosas, de evangelizar el Cristianismo en el Nuevo Mundo, hasta tal punto que hoy en día todos los países latinoamericanos son nominalmente católicos.
Sin embargo los cantos y plegarias a los digamos "dioses precolombinos" continuaron interpretándose incluso a día de hoy, inspirando a los folkloristas modernos que se sirven de esta antigua mitología para precisamente reivindicar sus raíces ancestrales, culturales e identitarias.
Hoy en día, los nombres de esas divinidades nos resultan extraños y desconocidos, así que en esta entrada intentré describir las creencias religiosas de los antiguos incas: sus dioses, su relación con ellos, y cómo veían y consideraban el mundo que les rodeaba.




Cosmovisión andina

Para entender el pensamiento del antiguo inca, debemos saber antes que las sociedades que se desarrollaron en la región andina eran básicamente agrícolas. Por ello y al igual que en otras civilizaciones similares, los antiguos incas desarrollaron un profundo conocimiento del medio natural que les rodeaba, creando en torno a él una serie de divinidades que de alguna forma daban protección y sustento a los hombres, y por tanto, eran objeto de ritos, sacrificios y como no, cantos.

Los dioses, héroes y otras divinidades menores vivían en el Hanan Pacha, el mundo de arriba, celestial y supraterrenal, al que se accedía cruzando un puente hecho de pelo, y que solía representarse con la figura de un cóndor, el ave no marina más grande del mundo.
Los hombres vivos vivían en el Kay Pacha, que por así decirlo se trataría del mundo tal y como lo conocemos, el medio donde los hombres nacen, crecen, cosechan y viven bajo la tutela de los dioses, este mundo se representaba con al figura de un puma, un gran felino de gran adaptabilidad que vive desde Alaska hasta Patagonia, es el segundo felino más grande de América tras el jaguar.
Cuando los hombres corrientes morían, viajaban al Uku Pacha, el mundo subterrenal de los muertos y no nacidos que estaba bajo la superficie terrestre, y al que se podía acceder por algunos lugares prohibidos y malditos, tales como simas o cuevas.
Toda esta organización cósmica era responsabilidad del dios supremo para los incas: Wiracocha.




Qun Tiksi Wiraqucha Pachaq Yachakchi

El gran hacedor de todo el Universo andino fue Wiracocha, señor y maestro del mundo que surgió de las aguas y lo creó todo.
Wiracocha fue un dios nómada que tenía un pájaro mago que conocía el presente y futuro. Según los mitos, este pájaro era un matamico con alas de oro, y por aquel entonces se consideraba a esta especie como un mensajero de los dioses, con cuyas plumas se elaboraban las mascapaichas o coronas con las que se distinguían los antiguos reyes incas.
Wiracocha creó a los hombres tallandolos en piedra, y conforme les iba dando sus nombres, éstos cobraban vida propia y se desenvolvían a través del oscuro Kay Pacha, pues la luz del Sol aún no había sido creada.
Más adelante, Wiracocha creó dos ayudantes: Tocapu Wiracocha e Imaymana Wiracocha, a los que envió en direcciones Este y Oeste para dar nombre y vida a todas las plantas y animales que conocemos hasta el mar, en donde ambos creadores se perdieron en la inmensidad del océano.
Dado que Wiracocha era el dios supremo para los Incas, éstos solo permitían a la antigua clase noble realizar sus rituales y veneraciones para con este dios.
Wiracocha tuvo dos hijos a los que se consideró dos deidades de segundo orden: el Sol Inti y la Luna Mama Quilla, además de todas las estrellas del firmamento.
En honor a Wiracocha existían en la sociedad inca los llamados Amautas, sabios sacerdotes al servicio del dios y responsables de la educación de los futuros emperadores incas.




Mama Quilla

La Madre Luna, en quechua Mama Quilla, era hija de Wiracocha, y a la vez madre, hermana y esposa del Sol Inti, así como madre de todas las estrellas del firmamento.
En los rituales Mama Quilla era representada por un disco de plata que destelleaba rayos que simbolizaban su poder divino, básicamente era objeto de veneración para las mujeres, quienes la pedían consejo y protección.
En su honor los incas celebraban un ritual llamado Coya Raymi. En el hoy desaparecido Templo del Sol en Cuzco, Perú, unas sacerdotisas veneraban una estatua de Mama Quilla, que desapareció cuando los europeos lo destruyeron y construyeron sobre sus ruinas el Convento de Santo Domingo.




Inti

El Padre Sol, Tata Inti en quechua, fue otra importante deidad para los incas, hijo de Wiracocha, hermano y esposo de Mama Quilla. Era representado por un elipsoide de oro del que brotaban rayos que simbolizaban su poder divino, en paralelismo con el disco de plata de Mama Quilla.
Para el dios Inti iban dirigidos los ritos y plegarias de los incas para mantener los ciclos climáticos de lluvia y sol, que asegurarían las buenas cosechas y el sustento de la sociedad, fue también objeto de numerosos templos en su honor, el más importante de ellos el ya citado de Cuzco.












Isla del Sol


Es una isla situada en el lago Titicaca en Bolivia, la mayor de todo el lago. Tiene una longitud de 9,6 km x 4,6 km y una superficie de 14,3 km². Su nombre original es isla Titikaka que significa la roca del puma.
En la época inca, era un santuario con un templo con vírgenes dedicadas a Inti y de ahí su nombre.
Hoy día, la mayor parte de la isla está poblada por indígenas de origen aymara dedicados a la agricultura, el turismo, artesanía y el pastoreo.
A lo largo de toda la isla se aprecian varios sitios arqueológicos, donde sobresale la Roca Sagrada o Roca de los orígenes, que según las crónicas fue el sitio desde el cual salieron Manco Cápac y Mama Ocllo a fundar la ciudad del Cuzco. También se aprecia la Chinkana o laberinto, además del Palacio de Pilkokaina. Otra construcción interesante son las escalinatas de Yumani, que conducen hacia la parte alta de la isla, donde existe una fuente de agua de la época precolombina.
En la isla se encuentra también el museo arqueológico de Challapampa, donde se exponen piezas arqueológicas rescatadas de los alrededores.




Dioses de la sociedad-naturaleza

Los cultos de Amaru, Mallku y Pachamama son la formas más antiguas de celebración que los aimaras aún realizan en la actualidad.

Pachamama

Traducido al español como Madre Tierra, se trataba de una divinidad que representaba tanto la tierra en si como todas las formas de vida que albergaba sobre ella y que servían de sustento para los humanos.
No se trataba por tanto de una diosa creadora sino protectora y proveedora, a la que se le asiganaba el poder de la fertilidad de la tierra así como de la fecundidad de las mujeres.
Era objeto de continuos sacrificios, llamas y vicuñas preferentemente, con los que se apaciguaba su hambre y se impedía así la proliferación de enfermedades o sequías. También se le ofrecían hojas de coca, conchas marinas y sobre todo fetos de llama.
Con la llegada de los europeos a Sudamérica, el culto a la Pachamama obviamente se reprimió y se persiguió, de tal manera que los amerindios rezaban por su diosa a través del culto a la Virgen María.
El ritual general para la Pachamama era la challa o pago, y era auspiciada por ancianos o personas de gran relevancia social en las comunidades que, en el caso de los aymaras, recibían el nombre de yatiris.

Mallku Kunturi

Mallku es el señor de las grandes alturas, no solo de las montañas andinas, sino también de las diversas jerarquías humanas del antaño, y que se representa con un cóndor.
Su poder y veneración estriba en la nieve de las cumbres más altas de los Andes, al fundirse, esta nieve se transforma en agua y sirve para crear ríos que fertilizan y enriquecen la tierra. Bajo su poder están además los llamados Apus, unas divinidades menores a los cuales se les atribuye influencia directa sobre los ciclos vitales de la región que dominan desde sus respectivas montañas, y a cuyo nombre se ofrecían incluso sacrificios humanos conocidos como Capac Cocha.








Amaru

Otra deidad representada esta vez por una serpiente con alas, con ojos de cristal, hocico rojo y cola de pez. Representaba la riqueza y vitalidad que suponía el agua fluyendo a través de ríos y arroyos por la tierra. Además se decía que todo lo que componía la vida estaba escrito en sus escamas.
Su fiesta, se realiza en agosto cuando se produce la limpieza de los canales de irrigación, siendo el jefe de familia quién oficia de celebrante.




Pachacámac

El soberano del mundo era una reedición de Wiracocha, el dios supremo, era el dios de los temblores.
Hijo del Sol Inti, Pachacámac, quien al salir a nuestro mundo subió a la cumbre más alta, para lanzar las cuatro piedras a los cuatro puntos cardinales, tomando así posesión de todo lo que abarcaba su vista. Tras él surgió otro hermano, el astuto y ambicioso Manco Cápac, quien aprovechó su confianza para lanzarle al vacío y hacerse él con el poder, tras haber encerrado a Pachacámac en una cueva.
Pachacámac era también objeto de gran devoción, inspirando la construcción de numerosos templos, como el gran santuario de Inti-Huasi o Coricancha en Cuzco.













Mama Cocha

Era una diosa a quien se le rendía culto para calmar las aguas bravas y para la buena pesca. Era la deidad que representaba todo lo femenino, diosa del mar, lagos, ríos y de la pesca en general. A menudo se la identificaba con la misma agua de lluvia que cae para fertilizar la tierra.
Siguiendo un paralelismo con los elementales de la Naturaleza, Pachamama era la diosa de la tierra, la propia Mama Cocha era la diosa del agua, mientras que Mama Nina era la diosa del fuego, y Mama Wayra la diosa del viento.




Divinidades de alimentos, los Conopas

Mama Sara

Era la Madre Maíz para los antiguos incas. A algunas plantas de maíz se las vestía como muñecas que representaban a Mama Sara.
Se la asociaba también con el sauce.

La hoja de coca

Desde siempre la hoja de coca ha tenido una gran importancia místico - religiosa para las culturas andinas por el hecho de que al masticarla se alivian los males del hambre y el cansancio.
La coca fue considerada un artículo de lujo en tiempo de los incas y utilizada durante los ritos sacerdotales únicamente por los emperadores y nobles. Aunque hoy día el acto de compartir la coca y consumirla conjuntamente con otros es un hecho muy importante que sella relaciones de confraternidad y confianza entre los participantes.

La papa

La papa o patata es otra planta venerada por los antiguos incas como fuente de alimento, debido sin duda a su potencial nutritivo.
Originaria de América del Sur, hoy día se cultiva en prácticamente todo el mundo desde que los conquistadores la llevaran a Europa más como curiosidad botánica que por necesidad alimenticia, irónicamente este tubérculo se convirtió en un gran sustento para las clases más bajas en el viejo continente.









Kon

Era el dios de la lluvia y el viento que venía del Sur, hijo de los dioses Inti y Mama Quilla.
Kon era un dios antiguo que pobló la tierra de seres humanos y les brindó agua y frutos, salía de entre las montañas y la gente siempre esperaba su llegada ya que con él venían las lluvias para la prosperidad de sus tierras de cultivo, pero los humanos se olvidaron pronto de las ofrendas que debían darle. Entonces Kon los castigó quitándoles las lluvias y transformando las fértiles tierras en los inmensos desiertos de la costa. Kon solo dejó algunos ríos para que con mucho esfuerzo y trabajo los humanos puedan subsistir.
El dios Kon fue el creador de esa primera generación de hombres que poblaron la tierra, pero un día fue vencido por Pachacámac quien los convirtió en monos, zorros y lagartos para luego crear una nueva generación de seres humanos.




Otras deidades menores

Supay: corresponde a un ser que habita las profundidades de la tierra (Uku Pacha) y el inframundo de los muertos, que puede ser tanto malo como bueno, aunque con la llegada del Cristianismo se le consideró como el "diablo andino".

Achachilas: espíritus tutelares sabios que protegen a los pueblos y que encarnan la presencia de los antepasados. Habitan las montañas y los cerros cerca de las comunidades, vigilando, compartiendo los sufrimientos y dando bendiciones.

Illapa: dios del trueno y la batalla.

Kuka Manka: una constelación que cuidaba de las hierbas mágicas.

Sara Manka: una constelación que cuidaba de los alimentos vegetales.

Chinchay: el dios jaguar.

Wasikamayuq: el dios guardián del hogar.

Hurkaway: una serpiente que representaba la divinidad de lo que había bajo tierra.

Mallko: dios de las leyes.

Vicama o Atipa: dios de la guerra y la venganza.

Catequil: dios del rayo y del oráculo.

Huari: dios gigante de la guerra

Tunupa: dios del volcán y del rayo, responsable del orden en el cosmos con la ayuda de Tarapacá y Taguapacá.

Chuqui Illa: dios de la lluvia, granizo y relámpagos, vinculado a Inti.


Música de Kala Marka




El Tiahuanaco


Tiahuanaco o Tiwanaku fue en su día el centro político y cultural de la cultura homónima, una civilización preincáica que se desarrolló en torno a los Andes centrales entre los años 2000 a. C. hasta el 900 d. C. cuando se colapsó y cedió su esplendor a la cultura inca, transmitiéndole no obstante conocimientos y creencias religiosas importantes.
En el año 2000, la UNESCO declaró al Complejo Arqueológico Monumental de Tiwanacu Patrimonio de la Humanidad.
Hoy día esta metrópoli está en ruinas, pero aún quedan en pie antiguos edificios religiosos de los que muchas veces hemos oído en algunas canciones andinas:

El templo semisubterráneo


Se halla a más de 2 m por debajo del nivel del área circundante, de planta casi cuadrangular, está conformada por muros con 57 pilares de arenisca roja y sillares del mismo material. Estos muros están adornados por 175 cabezas enclavadas, en su mayoría trabajadas en piedra caliza. Todas las cabezas son diferentes entre sí, mostrando rasgos de diversas etnias.
Se debe destacar su sistema de drenaje elaborado mediante canales hechos en piedra con un perfecto declive que aún funciona en la actualidad, y que desembocan en un recolector.
Empotrada en el piso del templete se hallaba la mayor pieza antropomorfa, conocida como monolito Pachamama o Estela Benett. Esta pieza mide 7,3 m y tiene un peso de 20 t.
Contrastando con el conjunto y detalles de la Estela Benett, también se encuentra el Monolito Barbado o KonTici Wiraqocha, Señor de las Aguas, con barbas, y vestido con una larga saya, esculpido en roca arenisca, que se halla acompañado de otras dos estelas menores.

Kantatayita o Luz del Amanecer


En esta estructura de planta rectangular se encuentra un dintel de arco rebajado que es una de las piezas más extraordinarias en cuanto a sus detalles de acabado, presentando un friso con depurado trabajo iconográfico.
Por sus características, es probable que esta pieza hubiera estado cubierta por planchas metálicas de oro, y que los conquistadores causaran los graves daños que evidencia. También en este sitio se encuentra una pieza sorprendente: una maqueta de alguno de los edificios de la urbe, hecha por arquitectos tiwanakotas en un enorme bloque de piedra donde se ven reproducidas pequeñas escalerillas y patios diminutos, lo que nos demuestra el altísimo grado tecnológico de esta civilización.

La pirámide de Akapana


Tiene 194 m de largo y 182 de ancho, con un perímetro de 800 m y una altura de 18. Está constituida por 7 terrazas escalonadas sostenidas por muros de contención diferentes para cada nivel. Estas terrazas son separadas por muros de piedra arenisca labrada que fueron rellenados con sedimentos y luego compactados.
Se cree que los tiwancotas lo usaban como lugar de culto, pues en su cima existía un templete en forma de cruz. Se cree que fue un templo dedicado al Sol u otras deidades astrales. Destaca la ubicación de la Akapana señalando a los puntos cardinales.
El primer nivel destaca por su revestimiento en piedra almohadillada, los siguientes niveles presentan sillares rectangulares que sobresalen por la perfección en sus cortes. Su ingreso principal era por el W a través de escalinatas, a ambos lados de la escalinata destacaban los relieves esculpidos con el motivo del chachapuma u hombre-puma.

Kalasasaya


O Templo de las Piedras Paradas en quechua, en él se verificaban con exactitud los cambios de estaciones y el año solar de 365 días. En ambos equinoccios el Sol nacía por el centro de la puerta principal de entrada, a la que se accede por una magnífica escalinata, en el solsticio de invierno el Sol nacía en el ángulo NE, y el solsticio de verano se marcaba por el nacimiento del Sol en el ángulo SE. Este muro es conocido como pared balconera o chunchukala.
El "Templo de las Piedras Paradas cubre aproximadamente 2 hectáreas y su estructura está basada en columnas de arenisca y sillares cortados, dispuestos entre estos, sobresalen gárgolas o goteros de desagüe para las aguas pluviales.
En el interior pueden verse los restos de lo que habrían sido pequeñas habitaciones semisubterráneas dispuestas de manera que 7 estaban a cada lado del patio. En el recinto existe un muro a base de sillares de arenisca que logra cerrar los sectores este, norte y sur, dejando a ambos costados una especie de atrio, que separa el recinto central o ceremonial. En este segundo muro hacia el lado norte se observan dos bloques en los que, en su tercio superior, se practicó un orificio que imita, a escala, un aparato auditivo humano, y mediante el cual se pueden escuchar ruidos o conversaciones que se producen en sitios alejados. Estos amplificadores de sonidos nos permiten deducir que en el mundo precolombino se conocía y aplicaba la acústica.
En Kalasasaya existen tres importantes esculturas: la Estela 8, el monolito del Fraile y la Puerta del Sol. En el Monolito Ponce se aprecian finos grabados iconográficos como hombres alados, peces, cabezas de puma o de camélidos, cóndores, águilas y símbolos escalonados en el más puro arte tiwanakota. La estela El Fraile no está adornada, es una pieza labrada en arenisca veteada, mostrando un enigmático personaje que lleva un báculo y un keru en las manos; porta una faja ventral donde se aprecian algunas huellas en relieve de cangrejos.

Putuni


Llamada también Putuputuni, lugar donde hay huecos en quechua, se conoce también como el Palacio de los Sarcófagos, se cree que este lugar fue el lugar de entierro de las altas personalidades tiahuanacotas.
Presenta una planta rectangular, con una plataforma de 1,2 m de alto. En los muros interiores se encuentran cámaras funerarias con acceso al patio central. Es notable en estas cámaras, el sistema de cerramiento que consiste en una puerta corrediza de piedra, que se desliza al ser humedecido el piso.
La entrada muestra rebajes escalonados que terminan en un pórtico hoy desmantelado. En la parte W de la plataforma y a una profundidad de unos 2 m existen canales matrices que probablemente servían para evacuar aguas servidas y que conformaban uno de los más perfectos sistemas de alcantarillado.

Puma Punku


En aymara su nombre significa La Puerta del Puma.
El Pumapunku es un montículo de tierra en terrazas que se se enfrentan con bloques megalíticos. Tiene 167 m de ancho a lo largo de su eje N-S y 116 m de largo a lo largo de su eje E-W. El borde OR del Pumapunku está ocupado por lo que se denomina Plataforma lítica, esta terraza está llena de múltiples bloques de piedras enormes que contienen el mayor bloque de piedra encontradas, tanto en Pumapunku como en el sitio de Tiwanaku, esta lápida es de 7,81 m de largo, 5,17 m de ancho y 1,07 m de espesor promedio. Con base en la gravedad específica de la arenisca roja de la que fue tallada, esta losa de piedra se ha estimado que pesan 131 t.
El núcleo del Pumapunku consiste de arcilla. El relleno subyacente partes seleccionadas de la orilla del Pumapunku se compone de arena de río y los adoquines en lugar de barro. Las excavaciones en el Pumapunku han documentado tres épocas principales de construcción, además de pequeñas reparaciones y remodelaciones.
En su apogeo, Pumapunku se cree que ha sido maravilloso, adornado con placas de metal pulido, de cerámica de colores brillantes y la ornamentación de tela, ciudadanos vestidos elaboradamente, sacerdotes y élites con cubierta de joyas exóticas.
Los datos geofísicos obtenidos mediante estos estudios y excavaciones han puesto de manifiesto en la zona comprendida entre la Pumapunku y complejos de Kalasasaya la presencia de numerosas estructuras artificiales. Estas estructuras incluyen los cimientos de los muros de los edificios y sus compuestos, conductos de agua, como piscinas o pozos funcionales, revestimientos, terrazas, complejos residenciales, y las difundidas aceras de grava todos los cuales ahora se encuentran enterrados y ocultos bajo la superficie.

La puerta del Sol


La puerta del sol es una escultura monolítica en piedra andesita que en el pasado formó parte de otra estructura mayor, posiblemente ligada a Kalasasaya o Akapana. Esta hipótesis se toma por su diseño y estructura, además de poseer orificios y rebajes que hacen pensar que encajaba en travesaños, todo esto sumado a los entrabes laterales hacen suponer que esta escultura encajaba en algún templo o construcción más grande.
La puerta del sol tiene 3 m de alto, 4 m de ancho y aproximadamente pesa 10 t.
En su decoración sobresale la figura principal de un personaje en alto relieve denominado Señor de los báculos o Dios Sol, al rededor de éste se encuentran 48 figuras en bajo relieve representando seres alados y hombres arrodillados. También destacan los trompeteros debajo de los seres alados. Existen teorías que afirman que estos trompeteros marcan los movimientos solares, por lo que la puerta del sol sería un calendario solar.

La Puerta de la Luna

La Puerta de la Luna es un monumento de 2,23 m de alto y 23 cm de espesor. Se trata de un arco monolítico en piedra andesita que presenta relieves en alto y bajo relieve. Los motivos que presenta son zoomorfos similares a los de la Puerta del Sol, pero con cabeza de puma y boca de pez, y no cabezas de aves como en la portada del sol.
La Puerta de la Luna, al igual que la del Sol, fueron elementos asociados a la visión cósmico-astronómica de la cultura tiahuanaco, teniendo en cuenta su arquitectura, material, simbología etc, estando la primera de ellas originariamente ubicada en la entrada del cementerio.




El Monolito Ponce

El monolito Ponce es una escultura de un sólo bloque de andesita que representa a un varón en posición vertical y cubierto por abundante iconografía en bajo relieve. Debe su nombre al arqueólogo boliviano Carlos Ponce Sanginés, quien lo desenterrara y descubriera que el monolito tenía una cruz tallada en el hombro derecho, por lo cual se sabe que la escultura fue conocida por los colonizadores españoles en el siglo XVI, pero dejada en el olvido hasta su descubrimiento en 1964.
La escultura se encuentra al interior del templo de Kalasasaya, tiene forma antropomorfa y representa a un personaje de pie; la escultura destaca por la abundante iconografía tallada en bajorrelieve.
La estructura tiene 3 m de altura y el personaje fue representado descalzo, además de llevar un faldellín con 5 bandas de las cuales 4 están adornadas con figuras geométricas. Sus ojos son cuadrados y su nariz en forma de T, con orejas talladas en alto relieve. De sus ojos bajan lágrimas que terminan en una cabeza de pez. El personaje lleva un gorro del cual caen unas cintas que terminan cabezas similares a la Puerta del Sol.
Destacan en su cuerpo bajorrelieves representando plumas, cóndores y figuras escalonadas, a su vez lleva un cetro que termina, por ambos lados, una cabeza de pez.









El Monolito Fraile

El monolito Fraile es una escultura en arenisca veteada que representa a un personaje parado llevando un báculo y un k'ero, por esta razón se le denominó fraile.
La escultura tiene 3 m de altura y el personaje destaca por poseer un vientre abultado, rostro rectangular, ojos cuadrados, una banda en la cabeza y un cinturón con cangrejos tallados, por esto último también se le denomina dios del agua. Al igual que el monolito Ponce, también posee lágrimas.
El grado de degradación de la escultura es notorio, por lo cual gran parte de su iconografía se encuentra en peligro debido al clima de la región.

El Monolito Bennett

También conocido como Estela 10 o Monolito Pachamama, es el monumento más grande que ha sido hallado dentro del Complejo Tiwanaku.
El Monolito de Bennet es la escultura lítica más grande de toda la cultura Tiahuanaco y fue encontrado al interior interior del Templo subterráneo. Mide 7,3 m de alto por 1,2 de ancho y está tallado en un solo bloque de 18,5 t de peso.

Música de Maya Andina

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